Aunque el café tiene su origen en Etiopía, se consume principalmente en el mundo Occidental. El café se ha convertido en un componente clave en nuestra cultura.
Ya que se relaciona con un momento social, donde se comparte el tiempo con otras personas y se intercambian experiencias. Tomarlo es agradable, elegante y formal… por eso se ha convertido en el acompañante ideal para múltiples ocasiones.
También forma parte del primer momento del día, en el desayuno, y está extendida la idea de ‘hasta que no me tome el café no me despierto’. Es asombroso como una bebida se ha extendido en una cultura hasta enraizar a un nivel muy profundo. Asimismo, produce un efecto placebo en quien lo consume, ya que produce una reacción física y psicológica tras su consumo. Por un lado, la cafeína activa, y por otro lado, el beberlo genera una autorreflejo que hace funcionar a tu cuerpo.